Por Moisés G. Hernández
¿Tienes todo tu negocio basado en Instagram? ¿Toda tu estrategia y ventas dependen de esta red social? Creo que no estás haciéndolo bien, y te voy a explicar por qué en las próximas líneas.
Es sencillo entenderlo. Como se dice en inglés: no es rocket science.
El otro día escuché en un famoso podcast que sigo algo que me dejó pensando y me inspiró a escribir este artículo. El tema era la supuesta intención de Instagram de competir con Amazon, y luego de explicar las posibilidades que ofrece esta red para las ventas desde su plataforma, la chica al frente del micrófono lanzó un “gran consejo”: ¿Para qué vas a sacar a la gente de tu ecosistema si puedes vender directamente en Instagram?
Bueno, aquí hay un gran error. Así lo veo yo.
Sigo ese podcast desde hace un tiempo, y lo admito: he aprendido muchas cosas que he implementado en mi trabajo.
Su creadora, principal referente del marketing digital de habla hispana, también tiene su propia escuela, y eso le da relevancia.
Sin embargo, no todo lo que se diga allí -ni en ninguna otra parte- debería considerarse palabra santa.
Un consejo como el que escuché me parece incoherente con lo que predican. En sus cursos te dicen que la web debe ser el eje de toda tu estrategia de contenidos. Entonces, ¿por qué sugerir lo contrario?
Muchas personas están comenzando con sus emprendimientos, y a veces con poco conocimiento del marketing digital. Ideas como estas son como poner la carreta delante de los caballos.
El artesano de lapislázuli y una web
El otro día, mi esposa buscaba un regalo especial para una pareja que regresaba a su país.
Ella se le metió en la cabeza que debía comprar algo de lapislázuli, una piedra muy bonita que se consigue en Chile. ¿Qué mejor obsequio que ese?
Mi esposa buscó en Instagram artesanos que vendieran creaciones en lapislázuli. Consiguió varias, pero se decidió por una. ¿Y sabes por qué? El hombre tenía, además de su cuenta en la red social, un sitio web, algo inusual en pequeños emprendimientos.
Juntos vimos la web del artesano. Estaba muy bien hecha. Eso a nosotros nos dio confianza.
No quiero decir con esto que quien tenga presencia solo en Instagram sea un mal intencionado. No. Sus razones tendrá: desconocimiento, falta de tiempo, malos consejos de parte de «gurús», etc.
Tampoco digo que a través de un sitio web no se cometan estafas.
Pero por algo hay un espacio en las mismas redes sociales para el enlace a un sitio web, y los buscadores todavía existen.
La vivienda alquilada
Cuando el techo bajo el que vives es alquilado, sabes que no tienes seguridad.
Me refiero a que, en cualquier momento, el dueño puede pedirte que te vayas porque ya no le gustas o porque la va a vender.
También puede ocurrir que la decisión la tomes tú. Te subieron la renta y ya no puedes pagarla, o el dueño pone tantas restricciones que no puedes arreglar la casa a tu gusto.
Eso mismo ocurre cuando construyes un negocio para una red social.
¿Qué pasa si Instagram cierra algún día? ¿Y si el alcance se hace cada vez más cuesta arriba que ya no sean suficientes los reels mirando a la cámara y señalando letreros? ¿Y cómo construyes tus listas de clientes para crear una relación con ellos?
Es mucho más fácil crear una cuenta de Instagram que una web. ¿Para qué te voy a mentir? Facebook ha puesto las frutas muy bajitas en el árbol, y son tan apetitosas que hace que nos olvidemos que ellos son los dueños y tenemos que adaptarnos a sus reglas.
Al momento de escribir este artículo, mi blog está en el dominio gratuito de WordPress.com. Te lo confieso antes de que me critiques. Mi plan es mejorar mi presencia. Pero al menos he dado mi primer paso.
Me gusta la idea de Carlos Malfatti. En su podcast, este consultor de marketing digital recomienda empezar con una página sencilla, una «one page» creada en WordPress, que tenga la información básica: quién eres, cuál es tu propuesta de valor y tu oferta de servicios. Eso no es difícil de hacer, asegura.
Mi consejo, que no es “palabra santa” como te decía al principio, es que te informes muy bien. Solemos tomar las ideas de personas influyentes como infalibles, pero si tenemos criterio podremos separar el grano de la paja, lo útil de lo superficial.
¿Qué opinas? ¿Crees que es suficiente estar en una red social? ¿Te dio más confianza un negocio por su sitio web?